La inesperada virtud de la inexperiencia

Desde el 10 de diciembre, en Libertador San Martín se respira un nuevo aire. En realidad, no sé si “nuevo” es el término correcto. Un switch, o un cambio, suena mejor. Con la misma esencia, pero un cambio al fin.

Es que desde la salida de Ordoñez, intendente electo 3 veces, Libertador siente que logró torcer esa monotonía (o monarquía) absoluta del viejo intendente, acusado de gobernar según sus intereses sin preocuparse por el de al lado.

Asumió Casali, con una personalidad pasiva y tranquila. Me animaría a decir que nula. Acompañado por su compañero de fórmula que posee cualidades totalmente contrarias: es un empresario joven, vivaz, audaz, y con una capacidad argumentativa digna de un alumno de Sócrates. Bah, no tanto. Pero a falta de candidatos serios, uno tiende a agrandar a aquellos que demuestran aunque sea una pizca de renovación. Y Rodríguez lo hace. Ese es el panorama interno del vecinalismo, un partido que todavía no sabe a qué apunta. Un barquito de papel que naufraga en el océano sin saber dónde va a parar. Y sin saber cuándo va a desintegrarse por tanto naufragar sin llegar a la orilla.

Del otro lado, Kremer y Zawadzki: una pseudo versión del kirchnerismo/peronismo en la Villa. El primero, un psiquiatra con trayectoria. Elevado hasta el cielo por muchos, condenado al infierno por muchos más. El segundo, un viejo conocido. Un pediatra que supo asustar al vecinalismo en las elecciones pasadas, cuando perdió por apenas 33 votos. Dos tipos que pareciese que tienen mucho para dar pero que terminan siempre en la puerta de la promesa. Hoy en día están felices por las 4 bancas que consiguieron en el Concejo Deliberante. Algo que podría ser significativamente positivo, termina afectándolos porque a sus representantes simplemente no les da la talla. Heinze, un edil que sesión tras sesión argumenta que está aprendiendo a ser concejal, y que llega cada miércoles sin saber qué proyectos se van a tratar. Galarza, una psicóloga que es muy buena como psicóloga pero que no tiene la pasta ni la astucia para entrar en el mundo de la política. Sus intenciones pueden ser buenas, pero si no se las sabe presentar terminan en la nada. Es como esos pibes que la rompen en las inferiores, pero que cuando les llega la hora de jugar en Primera les tiemblan las piernas. El siguiente es Schneider, un político con trayectoria. Ex menemista que intenta borrar esa parte de su vida. Tildado de mentiroso por buena parte de la sociedad. Postulado como mártir por unos pocos. De los 4, quizás, el representante más valido por carrera política. Dije 4, usted no leyó mal. Dejé a Barrionuevo para el final. Cierta vez escuché a un profesional decir “no es lo mismo tener formación que educación”. Y esto se aplica 100% en Barrionuevo. Acusada de alcohólica por varios vecinos, sus intervenciones siempre han sido polémicas, patoteras, vulgares. Una profesional que jamás aprendió cómo debe comportarse. Cada vez que habla en el Concejo es para emitir una queja, un grito o para debatir con sus pares acerca de temas de los que no tiene la más mínima idea.

Ese es el panorama actual. Lo que percibo cuando, todos los días, trato con estas personas (¿o personajes?). ¿Será que el político actúa distinto en su vida privada? Espero que me acompañen en un viaje sin precedentes. No porque este blog ofrezca algo nuevo, sino porque, en la medida en que pueda, trataré de ser lo más objetivo posible e intentaré que, a través de mis ojos, observen la realidad política de Libertador San Martín.

Drawing together

La experiencia guía al que desconoce. Pero cuando no hay un referente, ¿qué parámetros se tienen en cuenta?

 

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